Destacados

• En la Universidad Austral de Chile, académicas e institución mueven el cerco de la innovación para disminuir la brecha de género.

En 2005, la Dra. Ana María Zárraga, entonces académica del Instituto de Bioquímica de la Universidad Austral de Chile, obtuvo una patente del kit de diagnóstico rápido de tuberculosis bovina. La obtención de las patentes en Chile, México y Argentina de este desarrollo -que hoy en día es la prueba oficial del SAG para la detección de esta enfermedad zoonótica- y su posterior licenciamiento fue un hito para la institución por el impacto de la tecnología, pero también por ser una académica la líder de la iniciativa.

El Vicerrector de Investigación, Desarrollo y Creación Artística de la UACh, Dr. Mylthon Jiménez, dice que ejemplos como el de la Dra. Zárraga, pionera en procesos de transferencia tecnológica, y el empuje de un creciente número de investigadoras de la Universidad, está gatillando un proceso importante de fortalecimiento institucional en materia de propiedad intelectual, ”lo que nos obliga a pensar constantemente en nuevas formas de apoyar a nuestras académicas en sus carreras” (ver recuadro).

Innovadoras

Entre los casos de éxito en materia de innovación está el de las Dras. Carla Rosenfeld y Pamela Muñoz, académicas de la Facultad de Ciencias Veterinarias. Juntas, y con el apoyo del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC-R) de la Región de Los Ríos, desarrollaron nuevas tecnologías de faenamiento de animales a baja escala. “Bajo este modelo, que incluye infraestructura, validaciones, análisis del sistema productivo ovino y porcino, junto con capacitaciones a veterinarios y productores, aseguramos una canal inocua, segura y que nuestros productores puedan entrar a la cadena formal de comercialización, con un sello regional”, precisó la Dra. Carla Rosenfeld. Gracias a este trabajo, observado con mucho interés por otras regiones, las académicas lograron generar un paquete tecnológico que incluye la marca registrada “Faena animal a baja escala FABE Austral®”, y derechos de autor del Manual para faena de ovinos bajo el Programa FABE Austral.

En el caso de la académica y enfermera Romané Véliz, de la Facultad de Medicina, la pandemia de COVID-19 la motivó a presentar el proyecto “Cultura de Bioseguridad en Turismo como Estrategia de Competitividad” financiado por FIC-R Los Ríos 2020, con el cual buscó, desde la salud pública, ayudar a estimular y fortalecer el turismo, afectado por las restricciones sanitarias. Con esto, capacitó y certificó a 98 pequeñas y medianas empresas de turismo de intereses especiales y distintas instituciones vinculadas al sector en la región. Bajo la marca registrada Biotur Austral®, generó material educativo protegido por derechos de autor, un aporte para instalar habilidades de gestión del riesgo en la cadena de producción turística, a través de Manuales de Estándares de Calidad en Bioseguridad en Turismo, y de estándares específicos de calidad en distintos servicios turísticos (e.g. transporte turístico, alimentos y bebidas, alojamientos, actividades y operadores outdoor, museos). Un hito destacado fue la implementación de la mesa de trabajo de bioseguridad en turismo, la que opera actualmente en la región. La académica destaca que “personal y técnicamente lo que se genera con y para los sectores productivos debe ser sustentable en el tiempo, permitiendo la autonomía y el crecimiento constante una vez generada la activación del territorio o el sector respectivo”.

Desde la sede Puerto Montt, la profesora MSc. Sandra Marín está impactando de gran manera el monitoreo ambiental de la industria acuícola nacional, a través del proyecto “Validación de un modelo de gestión ambiental público-privado para la incorporación del índice biótico AMBI (Azti Marine Biotic Index) en la evaluación y monitoreo de proyectos acuícolas en ecosistemas submareales de fondos blandos en Chile” (FONDEF IT 2020), el que recientemente le permitió firmar una licencia con la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura y el Instituto de Fomento Pesquero, donde la Universidad otorga a ambas instituciones una licencia gratuita para utilizar la plataforma multiusuario MACROBENT® desarrollada durante el proyecto, que permitirá acceder a información sobre la macrofauna y el estado ecológico de los sistemas bentónicos como herramienta para la gestión ambiental de instituciones públicas y privadas.

En tanto, las Dras. Carolina Lizana y Anita Behn, académicas de la Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias, desarrollan una línea de investigación en la que confluyen ciencia, innovación y protección del patrimonio natural y cultural. La Dra. Behn recalca que el proyecto «Papas PLUS» financiado por el Gobierno Regional de Los Ríos “permitió conocer y utilizar los recursos genéticos de alimentos ancestrales, siendo un ámbito de la ciencia que permite recuperar y producir alimentos patrimoniales que poseen mayor contenido de nutrientes y características funcionales beneficiosas para la salud humana”. En tanto, el proyecto FIA «Evaluación de líneas mejoradas de papas adaptadas a nuevas condiciones de estrés hídrico y térmico con una mayor valorización comercial del producto» dio origen al registro de tres nuevas variedades de papas de colores mejor adaptadas al cambio climático, “ofreciendo un producto diferenciado y alineado con el desarrollo de una agricultura sostenible”, destaca la Dra. Lizana.

Apoyo de la UACh a académicas

En 2022, la VIDCA lanzó concursos de apoyo a iniciativas lideradas por académicas, cuyo resultado permitió, en su primera versión, adjudicar 12 iniciativas en las modalidades Proyecto VIDCA 2022 para Investigadoras, Artistas y Creadoras de los Departamentos de Investigación y de Creación Artística, así como en el concurso Proyectos de Investigación Aplicada e Innovación liderados por mujeres, del Departamento de Desarrollo e Innovación (DDI).

El Dr. Germán Rehren, Director de Desarrollo e Innovación, destacó el aporte del proyecto ANID 52-INES Fortalecimiento, integración y proyección de capacidades institucionales para la Innovación basada en I+D en la Universidad Austral de Chile, “que financia estas iniciativas con el fin de abrir nuevas oportunidades y espacios para que las académicas desarrollen soluciones innovadoras a problemas del entorno”.